Disfraz de águila o búho.
Aquí hay una muy buena idea para hacer un disfraz que bien podría ser de búho o águila, este es un disfraz casero que es bastante vistoso, si te quieres ahorrar muchos problemas a la hora de hacer el tuyo bien puedes usar boas de plumas que venden en las tiendas de disfraces.
Puedes coser estas boas de plumas a un pantalón y una playera de manga larga, esto te ahorrará mucho tiempo al no tener que fabricar ni el pantalón ni la playera
Puedes usar diferentes tonos de cafés para hacer tu disfraz, por ejemplo para la espalda y las alas usar un café oscuro y para el pechito un café más claro.
Los ojos los puedes hacer con cartón al igual que el pico.
Si usarás este disfraz en época de calor recuerda hacerlo bien ventilado para evitar cualquier problema a tu pequeño.
Terminamos este post con algunas curiosidades sobre el águila.
– La vista de las águilas es realmente aguda, tanto que les permite localizar una pareja a dos kilómetros de distancia.
– Las águilas son monógamas, una vez que se unen como pareja, permanecen juntas toda la vida.
– A lo largo de la historia, el águila ha sido considerado siempre como un símbolo de majestad y de victoria. El emblema del imperio romano contenía un águila, mientras que en el Imperio bizantino se utilizó un águila bicéfala.
Actualmente, en el emblema de los estados unidos aparece el águila calva y el águila real es el símbolo nacional de Méjico, aunque aparece en muchas otras banderas del mundo.
– Las águilas calvas, aunque se denominen así no lo son. Su cabeza está cubierta de plumas blancas.
– Algunas águilas reales comen tortugas. Elevan el vuelo con la tortuga entre sus garras y la dejan caer sobre las rocas para romper su caparazón.
– El águila real puede llegar a vivir hasta treinta años en estado salvaje, y en cautividad puede ser aún más longeva.
– En la alquimia, el águila daba nombre a distintas sustancias o preparaciones que se utilizaban para la misma, como águila celeste, águila de Venus o águila dilatada entre otros.
– El águila real, cuando vuela en picado persiguiendo una presa, puede alcanzar una velocidad de 240 kilómetros por hora, velocidad que es supersada por muy pocas aves, entre ellas el halcón peregrino, que en picado puede alcanzar los 300 kilómetros por hora.
Foto: weet-juniper